domingo, 11 de octubre de 2009

Mensaje de Gaia: Honrar el Fuego

Mis amadas y amados hijos, les hablo de nuevo este mes debido al llamado de una de mis amadas hijas que vive en una de las zonas más antiguas de mi cuerpo, al Sur de Venezuela, cerca de dos Montañas Sagradas llamadas el Roraima y el Kukenan, sobre lo que personas de fuera de la comunidad están haciendo quemando, incendiando, talando árboles y en consecuencia produciendo la muerte de muchos de los pequeños y variados seres que viven en esos bosques, dice ella que el último incendio llegó hasta las faldas de la montaña Sagrada del Kukenan, que inclusive ha habido enfrentamientos entre indígenas y criollos con heridos y demás.

También las noticias que vienen del otro lado de mi cuerpo donde se ha activado el llamado cinturón de fuego y mis grietas están moviendo las placas para liberar la cantidad de energía necesaria para equilibrar y balancear. Está sucediendo en zonas que no son muy pobladas para que los daños sean menores. La persona que me recibe se sintió muy impactada con estas noticias sobre la Gran Sabana que le llegaron como respuesta a mi ultimo mensaje "Mirar al pasado" y me pidió con el corazón una respuesta a estos sucesos.

Lo primero que quiero decirles es que no están solos, que muchos seres y guardianes, maestros, junto a mi Gaia/Pachamama, están con ustedes. Todo esto pasa porque es tiempo de purificación, para que sean más conscientes. Las intervenciones del ser humano sobre mi superficie, como les decía anteriormente son parte de los cambios que están sucediendo. Allí en esa zona llamado el macizo Guayanés, que data del precámbrico, está uno de los tesoros más grandes que existen para la humanidad, porque esa tierra guarda las memorias ancestrales de cuando lo hermanos de las estrellas habitaban mi integridad.

Allí se encuentra uno de los discos solares que ha sido activado por ustedes y que tiene como función el equilibrio electromagnético de toda mi vastedad, que en estos momentos de cambio esta balanceándose. Quiero insistir que no hay nada que temer, que esa región está protegida, por las jerarquías celestiales, por los hermanos intraterrenos, que los hermanos ancestrales saben cómo cuidarla. Le digo a esta mujer guardiana que habita en las cercanías que realice ceremonias de fuego.

El fuego como elemento purificador puede ser honrado para que realice su trabajo, sin que se desborde o se convierta en destructor. Y así mismo a todos ustedes que realicen ceremonias de fuego para decirle a este maravilloso elemento, que canalizado es la fuerza vital, la voluntad creadora y la nobleza, que actúe según su patrón original. Este es el trabajo que tenemos por delante.

De los elementos que ustedes conocen, que son parte de mi cuerpo, es el fuego superficial que se produce en los bosques y los arrasa, y el profundo que surge como lava, que mueve mi corteza, el que está necesitando manifestarse para purificar la cantidad de energía emocional que surge de las grandes ciudades donde los humanos viven en picos y valles de estrés emocional. Parte de la purificación es el despertar de este cinturón de fuego que ya están experimentando, este es la válvula de escape para hacerse más atentos, más conscientes de las señales de que el cambio esta aquí, por eso es que es tan importante restablecer el balance de este elemento.

Este es un llamado a las mujeres, a las madres, a las hijas, a las ancianas, a las sabias, a las amigas a que enciendan velas o pequeños fuegos en sus hogares, honrando el elemento, transfigurándose en el fuego, sintiendo que la llama les canta, les baila, con la intención de aquietar los incendios, de suavizar las grietas rojas de mi cuerpo. A todos que reconozcan su propio fuego interno, su pasión y que se guíen por la misma para hacer todo lo que hagan así también están reconociendo el fuego.

Esto va también para los hombres, para los padres, los hijos, los hermanos, los ancianos, los sabios. Todos aquellos que saben lo que está pasando que reconocen su voluntad, su empeño, su acción positiva a favor de la vida, de la preservación. Así que no hay nada que temer, todo regresa a su orden cuando todos juntos honramos y equilibramos lo que sea necesario.

Soy Gaia/Pachamama y los amo.

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