domingo, 25 de octubre de 2009

Alabanza a mi cuerpo

Gracias Padre por cuidar de mi cuerpo.
Tengo dentro de mí un manantial de energía cristalina que fluye con armonía y ritmo por todo mi cuerpo.
Ese manantial pleno de salud, bienestar y belleza está dentro de mi cuerpo físico y se encuentra poderosamente unido con la fuente de perfección del universo y por eso quiero hoy darle mi sentido agradecimiento a esa fuerza poderosa, amorosa y omnipotente que se expresa con plenitud a través de mi cuerpo.
Sé que cada célula de mi cuerpo tiene la semilla de la salud y la perfección y con todo mi ser puesto en la misión de curar y sanar mi cuerpo, esa semilla se hace grande y poderosa en toda la extensión de mi cuerpo.
Puedo sentir la expansión de esa energía vital y creadora.
Puedo sentir una luz intensa recorriendo mi cuerpo mientras se iluminan con placidez y armonía todos mis órganos, mis huesos, mis arterias, mi sangre, mis fluidos, mi cuerpo entero…, lo siento, lo vivo ¡y lo celebro con amor y entrega total!
A medida que esa luz va recorriendo mi cuerpo, yo agradezco a Dios, al Universo y mi propio cuerpo por toda la ayuda y apoyo que me han brindado durante todos mis años de vida y agradezco desde ya los años que están por venir y con esta sensación de profundo agradecimiento y regocijo me comprometo a honrar mi cuerpo y mi condición de ser humano brindándole a mi cuerpo la mejor alimentación, el mayor cuidado del mundo y todo el amor y aceptación de los que soy capaz.
De ahora en adelante sé con absoluta confianza que todo cuanto suceda en mi cuerpo y en mi vida sucederá por el más alto bien de mi alma y lo acepto con amor y con la certeza de estar profundamente conectado con la fuente de perfección y bienestar universal a la vez que me reconozco como un ser espiritual con experiencia humana.
Es maravillosa la sensación de conocer y amar mi cuerpo como es, además de saber que puedo curarlo y amarlo incondicionalmente con el apoyo siempre amoroso de mi Padre y mi parte sabia, esa parte de mí que tiene respuestas que yo no tengo, esa parte de mí que conoce caminos que yo no conozco, esa parte de mí que es amor puro.
¡Gracias Dios, gracias universo por esta sensación de liberación y amor!
En este momento de profunda conexión con YO SOY, acepto incondicionalmente mi cuerpo con el mayor amor del mundo.
En nombre de Dios Todopoderoso que me hizo a su imagen y semejanza declaro para mi hoy y para siempre:
Yo soy Salud, Yo soy bienestar, Yo soy fuerza y vitalidad.

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